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Por qué los refrescos azucarados son malos para ti

13 formas en que los refrescos azucarados son malos para la salud

He aquí 13 razones por las que los refrescos azucarados son malos para la salud. Las bebidas azucaradas son el aspecto más perjudicial de la dieta, ya que engordan y tienen repercusiones negativas en tu salud.

Basado en evidencia
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13 razones por las que los refrescos azucarados son malos para la salud
Última actualización el 3 de enero de 2024 y revisada por última vez por un experto el 14 de septiembre de 2023.

Tomar bebidas azucaradas como los refrescos no te aporta ningún nutriente esencial, pero puede causar graves problemas de salud como aumento de peso, problemas hepáticos y diabetes.

13 razones por las que los refrescos azucarados son malos para la salud

Comer demasiado azúcar añadido suele ser malo para la salud.

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Dicho esto, no todas las fuentes de azúcar son iguales: las bebidas azucaradas son sin duda las más perjudiciales.

No se trata sólo de los refrescos; también incluye los zumos de fruta, los cafés superdulces y cualquier otra bebida con azúcar añadido.

He aquí 13 razones por las que los refrescos son perjudiciales para tu salud.

1. Las bebidas azucaradas no sacian el hambre y pueden provocar un aumento de peso

El azúcar añadido, como el que se encuentra en los refrescos, consiste principalmente en fructosa. A diferencia de otras formas de azúcar, la fructosa no te quita el hambre ni te da sensación de saciedad como hace la glucosa, que es el azúcar que se obtiene de alimentos como el pan o la pasta.

Como las bebidas azucaradas no te hacen sentir saciado, es probable que consumas calorías extra además de tu ingesta habitual de alimentos. En un estudio, las personas que añadieron refrescos azucarados a su dieta ingirieron un 17% más de calorías de lo habitual.

No es ninguna sorpresa que las investigaciones demuestren que quienes consumen regularmente bebidas azucaradas tienden a engordar más que quienes no lo hacen. En un estudio realizado con niños, cada ración diaria de bebida azucarada aumentaba el riesgo de obesidad en un asombroso 60%.

En pocas palabras, las bebidas azucaradas son uno de los principales culpables del aumento de peso en las dietas modernas.

Resumen: Tomar bebidas azucaradas no sacia el hambre y puede provocar un aumento de la ingesta de calorías, lo que las convierte en un factor clave del aumento de peso.

2. Demasiado azúcar sobrecarga tu hígado, convirtiéndolo en grasa

El azúcar normal y el jarabe de maíz rico en fructosa se componen de dos azúcares diferentes: glucosa y fructosa. Mientras que todas las células del cuerpo pueden procesar la glucosa, sólo el hígado puede procesar la fructosa.

Las bebidas azucaradas son la forma más cómoda y habitual de consumir una sobrecarga de fructosa. Cuando consumes demasiada, tu hígado no puede convertir el exceso de fructosa en grasa.

Parte de esta grasa acaba en el torrente sanguíneo en forma de triglicéridos, mientras que el resto permanece en el hígado. Con el tiempo, esto puede dar lugar a trastornos como la enfermedad del hígado graso no alcohólico.

Resumen: La mitad del azúcar de bebidas como los refrescos es fructosa, que sólo puede ser procesada por el hígado. Consumir demasiada puede sobrecargar tu hígado, provocando la acumulación de grasa y, potencialmente, la enfermedad del hígado graso no alcohólico.

3. El azúcar aumenta la peligrosa grasa abdominal

Consumir mucho azúcar, sobre todo fructosa, puede provocar un aumento de la grasa abdominal. Este tipo de grasa, conocida como grasa visceral, envuelve tus órganos y es especialmente perjudicial.

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Tener demasiada grasa abdominal está relacionado con graves riesgos para la salud, como la diabetes de tipo 2 y las enfermedades cardíacas.

En un estudio de 10 semanas en el que participaron 32 individuos sanos, los que tomaron bebidas endulzadas con fructosa experimentaron un aumento significativo de la grasa abdominal, en comparación con los que consumieron bebidas endulzadas con glucosa, que sólo tuvieron un aumento de la grasa cutánea -un tipo de grasa menos dañina-.

Resumen: Consumir altos niveles de fructosa puede provocar la acumulación de la perjudicial grasa abdominal, que está relacionada con enfermedades como la diabetes y las cardiopatías.

4. Las bebidas azucaradas pueden provocar resistencia a la insulina, un factor importante del síndrome metabólico

La insulina es la hormona que traslada el azúcar de la sangre a las células. Sin embargo, cuando consumes bebidas azucaradas, tus células pueden empezar a ignorar los efectos de la insulina, haciéndolas resistentes.

En consecuencia, el páncreas produce aún más insulina para eliminar el azúcar del torrente sanguíneo, lo que provoca niveles elevados de insulina en la sangre, una afección denominada resistencia a la insulina.

La resistencia a la insulina suele considerarse el principal problema del síndrome metabólico, precursor de enfermedades como la diabetes de tipo 2 y las cardiopatías.

Los estudios en animales han demostrado que el consumo excesivo de fructosa provoca resistencia a la insulina y niveles elevados de insulina. Incluso un consumo moderado de fructosa aumentó la resistencia a la insulina en el hígado en un estudio en el que participaron hombres jóvenes y sanos.

Resumen: Consumir demasiada fructosa puede hacer que tu cuerpo se vuelva resistente a la insulina, un factor clave en el síndrome metabólico, que aumenta el riesgo de diabetes y enfermedades cardiacas.

5. Las bebidas azucaradas contribuyen en gran medida a la diabetes de tipo 2

La diabetes de tipo 2 es una enfermedad muy extendida que afecta a millones de personas en todo el mundo. Produce niveles elevados de azúcar en sangre debido a la falta de insulina eficaz.

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Dado que consumir demasiada fructosa puede provocar resistencia a la insulina, no es sorprendente que muchos estudios hayan encontrado una fuerte relación entre el consumo de bebidas azucaradas y la diabetes de tipo 2.

Se ha demostrado que incluso beber una sola lata de refresco azucarado al día eleva significativamente el riesgo de desarrollar diabetes de tipo 2.

Un reciente estudio internacional que analizó el consumo de azúcar y las tasas de diabetes en 175 países descubrió que por cada 150 calorías extra de azúcar consumidas al día -aproximadamente la cantidad que contiene una sola lata de refresco- el riesgo de diabetes aumentaba un 1,1%.

Dicho de otro modo, si todo el mundo en Estados Unidos añadiera una sola lata de refresco a su dieta diaria, podríamos ver un aumento de 3,6 millones de personas más con diabetes de tipo 2.

Resumen: Hay muchos datos que apoyan la idea de que el consumo elevado de azúcar, sobre todo de bebidas azucaradas, es uno de los principales factores de riesgo de la diabetes de tipo 2.

6. Los refrescos azucarados no aportan ningún beneficio nutricional

Los refrescos azucarados no aportan ningún nutriente esencial; carecen de vitaminas, minerales y fibra. Lo que sí ofrecen es mucho azúcar añadido y calorías innecesarias.

Resumen: Las bebidas azucaradas no tienen ningún nutriente beneficioso; sólo aportan azúcar y calorías extra a tu dieta.

7. Un exceso de azúcar puede provocar resistencia a la leptina

La leptina es una hormona que tu cuerpo produce para regular la ingesta y el gasto de calorías. Indica a tu cuerpo cuándo has comido lo suficiente.

Tanto los niveles extremadamente bajos como los altos de leptina están relacionados con problemas de regulación del hambre, lo que le ha valido el apodo de “la hormona del hambre.”

Se cree que volverse resistente a la leptina -lo que se conoce como resistencia a la leptina- es un factor clave en el aumento de peso.

Los estudios en animales han descubierto que un consumo elevado de fructosa puede causar resistencia a la leptina. Curiosamente, un estudio demostró que cuando las ratas volvían a una dieta sin azúcar, la resistencia a la leptina desaparecía, aunque se necesita más investigación en humanos.

Resumen: Se ha demostrado en estudios con animales que el consumo elevado de fructosa provoca resistencia a la leptina, una hormona que controla el hambre. Eliminar la fructosa podría invertir el problema.

8. Los refrescos azucarados pueden crear hábito

Hay razones para creer que los refrescos azucarados pueden ser adictivos. En estudios con animales, los atracones de azúcar provocaron una liberación de dopamina, la hormona del “bienestar”, en el cerebro.

Las mismas sensaciones de placer impulsadas por la dopamina podrían aplicarse también a los humanos, ya que nuestros cerebros están programados para buscar actividades que desencadenen la liberación de dopamina.

Diversos estudios sugieren que el azúcar y los alimentos procesados en general pueden afectar a tu cerebro de forma similar a las drogas duras. Para las personas predispuestas a comportamientos adictivos, las bebidas azucaradas pueden estimular un tipo de hábito de búsqueda de recompensas conocido como adicción a la comida.

Aunque se necesita más investigación para confirmar la adicción al azúcar en humanos, el patrón de consumo de bebidas azucaradas en muchas personas se parece al de sustancias que se sabe que son adictivas.

Resumen: Los efectos de las bebidas azucaradas en el sistema de recompensa de tu cerebro podrían conducir potencialmente a comportamientos adictivos.

9. Consumir bebidas azucaradas aumenta el riesgo de enfermedad cardiaca

Existe una relación bien establecida entre el consumo elevado de azúcar y un riesgo elevado de enfermedad cardiaca.

El consumo de bebidas azucaradas puede aumentar varios factores de riesgo de enfermedad cardiaca, como los niveles altos de azúcar en sangre, los triglicéridos elevados y las partículas nocivas de colesterol LDL.

En estudios humanos a largo plazo, se ha encontrado una fuerte asociación entre el consumo de azúcar y el riesgo de enfermedad cardiaca en varios grupos de población.

Un estudio que siguió a 40.000 hombres durante 20 años descubrió que los que tomaban una bebida azucarada al día tenían un riesgo un 20% mayor de sufrir o morir de un ataque al corazón que los hombres que rara vez tomaban bebidas azucaradas.

Resumen: Según múltiples estudios, existe una relación fuerte y consistente entre las bebidas azucaradas y el riesgo de padecer enfermedades cardíacas.

10. Los refrescos azucarados están relacionados con un mayor riesgo de cáncer

Dado que el cáncer suele aparecer junto con otras enfermedades crónicas como la obesidad, la diabetes y las cardiopatías, no es sorprendente que las bebidas azucaradas se hayan asociado a un mayor riesgo de cáncer.

Un estudio en el que participaron más de 60.000 adultos descubrió que los que consumían dos o más refrescos azucarados a la semana tenían un riesgo un 87% mayor de desarrollar cáncer de páncreas que los que se abstenían de tomar refrescos.

Otro estudio halló una asociación significativa entre el cáncer de páncreas y el consumo de bebidas azucaradas en las mujeres, pero no en los hombres.

Además, las mujeres posmenopáusicas que consumen grandes cantidades de refrescos azucarados pueden tener un mayor riesgo de cáncer de endometrio, que afecta al revestimiento del útero.

Además, las investigaciones han demostrado que quienes consumen con frecuencia bebidas azucaradas tienen más probabilidades de sufrir una recidiva de cáncer colorrectal y un mayor riesgo de mortalidad por la enfermedad.

Resumen: Múltiples estudios observacionales indican que el consumo frecuente de bebidas azucaradas se asocia a un riesgo elevado de varios tipos de cáncer.

11. Los refrescos azucarados son terribles para la salud dental

Los refrescos son notoriamente malos para la salud dental, y no es sólo el azúcar que contienen lo que plantea problemas. Los refrescos también contienen ácidos como el ácido fosfórico y el ácido carbónico, que contribuyen a crear un entorno oral ácido. Esta acidez debilita el esmalte dental y lo hace más susceptible a la caries.

Cuando se añade azúcar a la mezcla, proporciona una fuente de energía a las bacterias dañinas de tu boca. Estas bacterias producen ácidos cuando metabolizan el azúcar, lo que agrava aún más el problema y provoca problemas dentales como caries y enfermedades de las encías.

Resumen: Los ácidos de los refrescos y el azúcar que alimenta a las bacterias bucales nocivas crean una tormenta perfecta para los problemas de salud dental.

12. Mayor riesgo de gota entre los bebedores de refrescos

La gota es una enfermedad dolorosa que se produce cuando se acumulan cristales de ácido úrico en las articulaciones, afectando a menudo al dedo gordo del pie. Se sabe que la fructosa, componente clave de las bebidas azucaradas, aumenta los niveles de ácido úrico. Los estudios han demostrado una fuerte asociación entre el consumo de bebidas azucaradas y el riesgo de desarrollar gota.

En particular, estudios a largo plazo han relacionado los refrescos azucarados con un aumento del 75% del riesgo de gota en las mujeres y de casi un 50% en los hombres.

Resumen: El consumo habitual de bebidas azucaradas está estrechamente relacionado con un mayor riesgo de desarrollar gota.

13. El consumo elevado de azúcar está relacionado con un mayor riesgo de demencia

La demencia, que incluye la enfermedad de Alzheimer, es un deterioro de la función cognitiva que afecta principalmente a los adultos mayores. Las investigaciones han indicado que los niveles elevados de azúcar en sangre están estrechamente relacionados con un mayor riesgo de desarrollar demencia.

Las bebidas azucaradas, conocidas por provocar rápidos picos de azúcar en sangre, podrían contribuir así a aumentar el riesgo de demencia. Los estudios en roedores han demostrado incluso que dosis elevadas de azúcar pueden afectar a la memoria y a la capacidad de tomar decisiones.

Resumen: Los niveles elevados de azúcar en sangre, que pueden derivarse del consumo de bebidas azucaradas, se asocian a un mayor riesgo de demencia.

Resumen

Consumir muchas bebidas azucaradas como los refrescos puede afectar negativamente a tu bienestar de múltiples maneras.

Las desventajas incluyen una mayor probabilidad de problemas dentales y un mayor riesgo de problemas cardíacos y enfermedades como la diabetes tipo 2.

Tomar con frecuencia bebidas azucaradas también está relacionado con ganar peso extra y convertirse en obeso.

Por tanto, si quieres perder peso, evitar enfermedades a largo plazo y prolongar tu vida, piensa en reducir el consumo de bebidas azucaradas.

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